En el deporte puede haber muchos mecanismos lesionales, pero estos se pueden dividir en dos grandes grupos, los mecanismos lesionales intrínsecos y extrínsecos. Los extrínsecos hablan de mecanismos exteriores al deportista tales como terreno en el cual compite, climatología, ambiente externo (público), adversario, etc. Los intrínsecos son los propios del deportista como la preparación física, la adaptabilidad a las situaciones del juego, la elección de las acciones, el posicionamiento táctico del deportista, etc.
Nosotros nos centraremos en los mecanismos intrínsecos, que son en los que el preparador puede incidir directamente haciendo un plan de prevención de lesiones específico para el deportista.
Dentro de este plan de prevención tenemos que tener en cuenta que aspectos habría que trabajar dependiendo del tipo de deporte que se practique, pero hay algunos que son necesarios incluir como la fuerza (sobretodo excéntrica), la propiocepción y la coordinación. Estos tres ítems tendrían que estar presentes en cualquier tipo de trabajo de prevención de lesiones, ya que preparan neuromuscularmente al deportista para que pueda adaptarse a cualquier tipo de acción dentro del juego con el mínimo riesgo de lesión.