Durante la última década se ha dado un incremento clarísimo en la participación en maratones, carreras y triatlones tanto de carácter popular como semi profesional. Cada vez más, un número muy elvado de personas ha escuchado de boca de algún amigo o conocido aquello de:
“Me he pasado a hacer triatlones”
Pero, con el incremento de la práctica de este tipo de actividades viene un aumento de pequeños dolores y/o molestias. La gran mayoría de la gente usa un tipo de entrenamiento basado en el conocimiento popular. Es decir, empiezo a entrenar suave, cada vez más tiempo y aumentando progresivamente la intensidad.
¿Pero, existe una mejor forma de entrenar?
¿Es normal que se me cargue tanto la musculatura implicada?
Para el entrenamiento del triatlón, o de cualquier disciplina de resistencia, es recomendable una planificación de la vía metabólica implicada en la distancia a recorrer.
Esto es algo que, en mayor o menor medida todo el mundo sabe, y que se hace de manera más o menos profesional dependiendo de conocimientos, posibilidades y metas de los corredores.
Pero este es un tema que se ha de tomar en serio. Solo hay que observar en la meta de una carrera de larga duración y comprobar como hay muchas personas que llegan en malas condiciones, con mareos e incluso algún que otro desmayo.
Jamás hemos de olvidar que maratones, triatlones y pruebas de esta índole, requieren de una preparación que no se ha de tomar a la ligera. La planificación de las cargas, de los descansos y de la alimentación son aspectos muy importantes tanto para los iniciados como para aquellos atletas que buscan el rendimiento. Por ello es recomendable acudir a especialistas que nos puedan asesorar en estas cuestiones.
Por otra parte, este tipo de entrenamiento por sí solo, no basta. También es necesario el trabajo de fuerza de la musculatura implicada. Un trabajo muscular que nos permita evitar problemas y que, a su vez, nos ayuden a mejorar nuestro rendimiento.
Es muy común encontrarnos con periostitis, dolor de rodilla, gemelos cargados e incluso dolor de espalda cuando hacemos un trabajo de resistencia. Por ello, complementar nuestro entrenamiento con una pequeña rutina de fuerza nos garantizará una mejor calidad en nuestras sesiones y nos permitirá afrontarlas con mayor energía.
Si en tu caso, encuentras que llega un punto en el que no progresas, el entrenamiento de fuerza te ayudará a mejorar tus entrenamientos y por lo tanto tu marca.
En Powesport, apostamos por la preparación de carreras de un modo profesional, planificando los entrenamientos según las características y necesidades del cliente y con un trabajo de fuerza y prevención de lesiones complementario.