¿Ya te has decidido?

Déjame que adivine.

Es posible que estés aquí por una de dos grandes razones.

 

Casi siempre, una persona decide ponerse a hacer actividad física, mayoritariamente porque:

  • Quiere verse más atractivo.
  • No puede más con algún dolor que lo está matando.

 

Existe un tercer grupo, aquellas personas a las que les importa mucho un resultado.

Sea porque quieren competir, o dependan de su físico para ganar más dinero, o porque sean profesionales del sector.

Ya sabes, no se puede tener sobrepeso y ser entrenador personal.

(O eso dicen).

 

Sea cual sea tu caso, no te conozco.

Realmente no sé lo que necesitas, pero de lo que sí estoy seguro, es de que tienes una serie de expectativas.

 

Todos anhelamos cosas.

Y las personas, tomamos acción cuando necesitamos (o creemos necesitar) algo.

 

Quizá pretendas multiplicar el número de miradas furtivas que te persiguen al andar por la calle.

 

O puede que busques derrochar más energía que un Hulk adolescente chutado con un Red Bull.

 

O es posible que quieras sentirte casi indestructible, y no sentir miedo por el dolor o la posibilidad de hacerte daño.

 

Cualquiera de estas razones es totalmente razonable.

Pero, ¿conoces los pasos que has de seguir, para conseguir hacerlos realidad?

Más importante aún, ¿eres consciente de que no puedes trabajar uno sin afectar al resto, y de que no tener esto en cuenta es hacer el trabajo a medias?

 

Y eso es lo que te ofrezco, una entrevista online, para resolver todas tus dudas y orientarte en las decisiones que quizá te interesa tomar.

 

 

Pero, déjame que te aclare algo importante.

Verás.

Existen dos tipos de profesionales, los que entienden tus expectativas y atacan tus necesidades, y el resto.

 

Un entrenador milenial, con 50 mil seguidores y una camiseta de tirantes muy finos, te podría decir:

“3 ejercicios para reducir tus caderas. Dale al like si te ha gustado y sígueme para más contenido como este.”

 

A un entrenador de verdad, eso le daría vergüenza.

Por muchas razones.

 

Por generalizar, por no tener en cuenta la realidad de la persona o por llegar a unos niveles de reduccionismo abismales.

Pero, sobre todo, por entrar en el juego de la prostitución profesional (como diría un gran compañero del sector).

 

Un entrenador de verdad no te diría nada, te escucharía.

Y esa, es la habilidad más valiosa de un buen profesional.

Saber escucharte a ti y más allá de ti.

 

 

Cuando alguien quiere empezar a hacer actividad física, y así verse más guapo, o huir de ese dolor, o mejorar su estado de ánimo, ¿por dónde empieza?

Internet es casi siempre la primera opción, y llegan a videos o artículos del estilo:

  • Los 5 mejores ejercicios para mejorar el dolor de espalda.
  • Entra en el bikini de tus sueños en solo 3 semanas.
  • El ejercicio budista secreto, milenario y revolucionario que quemará tus grasas, eliminará tus toxinas, quitará tus arrugas y te convertirá en Brad Pitt, con tan solo 3 minutos a la semana.

 

Si claro…

Supongo que me estás entendiendo.

 

 

Lo que vengo a decirte es que, si estás en línea con estos anuncios, tu manera de hacer ejercicio es ponerte un video de Youtube para seguir sus consejos, y te funciona, no deberías contratar a un entrenador personal.

A mí tampoco.

Porque es posible que no pueda satisfacer tus expectativas, sin dinamitar alguna de las cosas que quizá considero que necesites.

 

 

Pero si realmente has tomado la decisión de empezar a hacer las cosas de otra manera, debes entender que el resultado que buscas, va a depender de tres factores de los que no vas a poder huir:

 

1. Trabajar para disminuir el riesgo de hacerte daño.

Si te haces daño, no puedes seguir haciendo actividad física (ni trabajar, ni jugar, ni vivir…)

 

2. La estética va a ser la consecuencia irremediable de tener un cuerpo funcional y saludable.

 

3. Tu estado de ánimo importa. Pero tu estado de ánimo, depende de tu estado físico, y al revés.

¡Te sorprenderías de cómo cambia la vida de algunas personas al sentirse más fuertes!

 

Da igual la edad que tengas, que seas hombre o mujer, que hagas deporte de competición, que seas alta, gordo, guapa, calvo o pelirrojo.

A la naturaleza no le importa que no estés motivado, que tengas problemas, que estés estresado o que no tengas tiempo.

Esos tres aspectos te afectan.

Quieras o no.

 

Así que, llegados a este punto, te diré cómo creo que puedo ayudarte.

 

 

Desamor, borrachera y atención.

 

Ahora que he conseguido que llegues hasta aquí, te voy a aclarar de qué manera trabajo con mis clientes, y qué es lo que debes saber.

 

Pero déjame que te lo explique con una historia:

 

Hace ya muchos años, un amigo mío, de cuyo nombre no hace falta acordarse, entró en un proceso de separación.

Estaba jodido.

Lo normal en estos casos.

 

Me llamó, y me dijo textualmente:

  • Tenemos que salir. Necesito ir de fiesta, vamos a petarla.
  • Claro – respondí yo.

Así que nos fuimos por ahí, lo llevé con un grupo de personas fuera de su ámbito, y pudo soltarse todo lo que quiso.

 

Pero, ¿sabes una cosa?

Realmente, lo que él quería, lo que sentía en sus entrañas que necesitaba (aunque no fuese consciente), no era emborracharse, liarla parda y quemar los locales.

Necesitaba hablar, ser escuchado y, en algunos momentos, oír opiniones y algún que otro consejo.

Eso sí, eso no impidió que acabase haciendo volteretas en la última discoteca en la que estuvimos.

 

En fin, al final de la noche me dijo:

  • Alex, gracias por sacarme de casa esta noche.

 

 

Es importante que entiendas lo que quiero decirte.

Es normal que tú estés pensando en tu historia de desamor.

En tu cuerpo, en tu competición, en tu lesión, en tu dolor, en tus ganas de mejorar… en lo que sea.

Todos lo hacemos, por eso me es tan difícil entrenarme a mí mismo.

 

Pero si has llegado hasta mí, es posible que necesitas que alguien escuche tu historia, la entienda, y sea capaz de darte consejos profesionales para conseguir cumplir con tus expectativas, pero a la vez cubriendo tus necesidades.

 

Y eso es lo que te propongo.

 

 

Una cita online para encontrar tu sistema.

 

En el momento en el que nos encontremos a través de la pantalla, vas a tener que hablar. Vas a tener que soltarte.

Porque necesito saber cuáles son tus intereses y lo que quieres conseguir.

 

Vas a tener que contarme cuál es tu historia y cómo has llegado hasta el punto en el que te encuentras.

Necesito conocerte, saber más sobre tus hábitos, tu estado físico, tus intereses, tu experiencia y tu historial de dolores.

Sobre tu trabajo, el deporte que haces y cómo ocupas tu tiempo libre.

 

Y con esto, intentaremos conseguir 3 cosas:

 

– Saber de dónde partimos.

 

– Elegir el recorrido más adecuado para verte más atractivo, mejorar tu rendimiento, derrochar salud por todos los poros de tu piel, o tener más energía para hacer lo que te apetezca (son algunos ejemplos)…, sin olvidar tus necesidades.

 

– Trabajar para conseguir automatizar un sistema, que te permita generar cambios a medio y largo plazo. Y no tener que preocuparte por luchar contra el demonio de la pereza.

 

El tercer punto es quizás el más importante, porque es el que depende de ti.

No es una cuestión menor, pasar esto por alto es perder el tiempo.

Y el tiempo es lo más valioso que tenemos.

 

Y precisamente porque valoro mi tiempo, y por lo tanto también valoro el tuyo, te voy a ser sincero, y te diré qué problemas tiene la consultoría que te estoy ofreciendo.

 

Primero y más importante.

Es evidente que no es lo mismo una consulta presencial que una online. No me refiero solo a la parte más técnica, en la que te aconsejaré sobre lo que debes hacer.

Si no también a que, en persona, todo fluye mejor y la comunicación es más fácil.

 

Segundo.

Habrá ciertas cosas que deberás hacer por tu cuenta. Algunos test, o la ejecución de los ejercicios, serán cosa tuya.

No voy a poder estar ahí ni para animarte, ni para corregirte.

 

Tercero.

Vas a tener que aprender cosas básicas para poder tomar buenas decisiones.

Es cierto que, después del servicio que te estoy ofreciendo, te daré la posibilidad de hacer un seguimiento mensual, pero esto es algo que no está incluido en esta consultoría.

 

 

¿Cómo funciona todo esto?

 

En el caso de que lleguemos a un acuerdo de colaboración:

 

– Si no has hecho el test que te envié sobre expectativas y necesidades, complétalo antes de seguir.

Si no sabes dónde encontrarlo, puedes descargarlo desde aquí.

Si el resultado te envía al fisio, no sigas leyendo. Ves al fisio.

 

– Después del pago, te enviaré una serie de preguntas y tests, que deberás completar de la manera más fiel posible.

 

– Una vez me los hayas hecho llegar, concretaremos una reunión.

 

– Podrás preguntar y aclarar todas tus dudas. Tranquilo, no te voy a poner una cuenta atrás con un reloj de arena. Estaremos el tiempo que necesites, pero deberemos ir al grano.

 

– Te orientaré en el tipo de trabajo a realizar y los pasos iniciales a seguir. Y en un plazo de no más de dos días, tendrás una rutina adaptada a tus necesidades y expectativas.

Esto te permitirá tener la certeza de que vas a bajar tus probabilidades de hacerte daño, de que te levantarás cada mañana con más ganas, y como consecuencia de la constancia, también te verás mucho mejor estéticamente.

 

Pero cuidado, recuerda que este servicio no incluye seguimiento.

 

Diría que, con toda esta información, está todo explicado.

 

Únicamente falta el precio.

 

Preguntas frecuentes.

 

1. ¿Una vez me hayas recomendado un tipo de trabajo, es obligatorio hacer el seguimiento conmigo?

No, ni mucho menos. Yo te explico qué es lo que creo más recomendable en tu caso, los pasos que yo seguiría, y tú los llevas a cabo donde te sea más cómodo.

Eso sí, al final de la entrevista, te voy a ofrecer un seguimiento mensual a medida.

 

2. ¿Qué incluye exactamente el servicio?

Cuestionario inicial y análisis, entrevista online, resolución de dudas y entrenamiento personalizado. No incluye seguimiento ni soporte para resolver problemas una vez acabe la consultoría.

 

3. ¿Qué voy a necesitar para poder llevar a cabo las recomendaciones que me hagas?

Lo que tú me digas. No vas a tener que adaptarte a algo cerrado. Soy yo el que se adaptará a tus circunstancias.

Puede que te haga alguna recomendación para que todo sea más fácil, pero no hay ningún tipo de compromiso en ese aspecto.

 

4. ¿Es necesario completar los cuestionarios?

Es imprescindible.

Para que todo sea más fluido y yo pueda estudiar tu caso antes de nuestra cita, necesito que me pases los resultados de los cuestionarios que te haré llegar en el momento en el que adquieras el servicio.

Es una cuestión de gestión de tiempo y recursos. Para darte mucho valor en un espacio reducido de tiempo, necesito conocer tu caso con anterioridad.

 

5. ¿Cuánto dura la entrevista?

No hay límite de tiempo. Eso sí, tampoco es recomendable que se alargue mucho. Hay que poner el foco en lo que importa.

Tampoco aceptaré preguntas sobre cuestiones que no tengan relación directa con tus necesidades inmediatas.

 

6. Mucho de lo que ofreces lo puedo encontrar gratis en internet.

Como he dicho anteriormente, si lo que encuentras por la red te está funcionando, genial. Sigue como hasta ahora.

Este es un servicio para aquellas personas que necesiten recomendaciones y un trato más individual.