Parece que ya está llegando el calorcito, ¿eh?
Personalmente, el verano es mi época preferida del año. Por muchas razones. Solamente por el hecho de que el día es más largo, ya es suficiente.
Ya se respira diferente, y es el momento en el que la gente se lanza en masa a las terrazas, a las playas y a las piscinas.
Pero sin filtro, ¡a saco!
A ver, no soy la persona más calurosa del mundo, de hecho soy bastante friolero. Pero parece que salen un par de rayos y ya veo gente en tirantes y en top.
Aun así, sin lugar a dudas, el caso más extraordinario es aquel grupo de personas que su único objetivo es coger color.
¡En un solo día!
Existen de todos los tipos y colores. Del tipo que…
… Se duerme y le acompaña el bañador blanco puesto unas semanas.
… No se quiere quemar mucho y se deja puesta la camiseta de tirantes.
… Se autoadministra crema solar y luego queda un Miró con forma de palmera en la espalda.
El sol es imprescindible, gran parte de los problemas de salud vienen causados por falta de exposición a los rayos solares. Esto provoca una falta grave de vitamina D.
Pero para conseguir un equilibrio entre beneficios y riesgos, se debe seguir una exposición progresiva y continuada durante todo el año.
Lo importante no es que no te de el sol durante ciertas horas del día, lo importante no es ponerse crema solar factor 3 millones. Lo importante es hacer un uso correcto de los beneficios que aporta esta fuente de energía.
Pues ahora aprovecha todo lo que te he dicho sobre el sol y aplícalo al entrenamiento.
No puedes hacer la misma rutina que tu amigo tu primer día, si él lleva 3 años.
No puedes conseguir resultados entrenando solamente una semana, lo que no has hecho en meses.
Tu objetivo no es tener las máximas agujetas posibles para así sentir que has trabajado.
Planifica, progresa, entrena con coherencia.