La recuperación de Cristina, que asombra hasta a sus tacones de aguja

Ayer tuve sesión con Cristina.
Me preguntó en qué momento podría volver a ir al gimnasio.
¿A qué?
Pues a hacer actividades dirigidas, a divertirse. ¿Qué pensabas Alex, que tenía muchas ganas de ir a hacer los deberes que le pones?
 

4 meses.
Es el tiempo exacto que ha pasado desde que le pusieron clavos y placas en la columna. Tantos que tendría problemas para pasar el control en un aeropuerto.
Pero tiene enchufe, es azafata. Así que no creo que le pongan pegas, no muchas al menos.

 

En fin, que me pierdo.

4 meses. De llevar corsé, a pedirme que cuando puede volver a saltar y bailar.
Paciencia. Hay que caminar antes de correr, correr antes de saltar y saltar antes de hacer dirigidas.

Y más después de lo que le pasó. Y después intentar integrar los tacones de aguja en algún momento de este proceso.

 

Esto es exactamente lo que le ocurrió.
Pues es difícil de describir. Porque pim pam pum, hostia en la playa, alguien puso un acantilado en sus pies, operación de urgencia.

Vertebras afectadas. Recuperación para largo.


Y el que diga que es fácil no sabe de qué está hablando. Y el que crea que es por arte de magia, vive en el mundo de la gominola. Detrás hay muchas horas de trabajo.

 

Y ahora estamos en el punto de la readaptación. De ganar músculo. De reforzar para no sufrir. De pensar que eres torpe al no dominar un ejercicio, de comprobarlo y confirmarlo en otros.

Pero forma parte del proceso, lento pero seguro.

 

El problema es no formar parte del proceso. A veces es obligado. A veces no. El problema real es de aquellos que no lo necesitan… AÚN.


Porque cuando llega algo inesperado, cuando te caes en la playa y te han de operar de urgencia, el estado inicial importa.

4 meses, podrían ser muchos más.

 

Ayudo a personas activas que han sufrido una lesión, a volver a hacer su actividad normal.

Sea la que sea. Si quieres saber qué puedes hacer para conseguirlo, debes apuntarte aquí:

P.D: También dice que quiere jugar a pádel, pero me da a mí que, por mucho que entrene conmigo, va a tener que esforzarse mucho.

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