Cosas que haces fatal en el trabajo

Ves preparándote porque voy a darte unas cuantas bofetadas de realidad.

Pero no de esa realidad de “deberías vivir tu sueño”, y trabajar en lo que te apasiona, porque tu lo vales y lo mereces.

 

Es probable que no te conozca y no se si lo mereces o no.

Este no es ese tipo de mensaje.

 

Este mensaje va de ver si te estás autoputeando en el trabajo.

Veremos.

 

¿Has pensado en la cantidad de horas que quizá te tiras sentado en una silla sin moverte?

Con los hombros hacia delante y la cabeza en plan cuello de tortuga saliendo del caparazón.

 

O es posible que seas de aquellos que justo en el momento que tienen un rato libre, aún entierran más sus ojos en la pantalla del móvil.

 

No, no, yo cumplo con mis descansos de pantalla.

Si, descansar de una para meterte en otra. Eso no es descanso de pantalla, es cambio de pantalla. Síndrome del chepas…

 

No pasa nada…

Claro que no, ¿qué va a pasar?

No te preocupes, ya vendrás a visitarme (o no).

 

Aunque quizá no sea tu caso.

Quizá tu eres de esos que van de bólido moviendo peso de un lado para otro.

No puedes perder el tiempo y eres una bestia.

Te pagan por mover bultos, cuantos más mejor.

Tu lumbar es secundario, ya alquilarás otro cuando te duela.

 

O puede que cortes el pelo, o taladres, o seas pintor o electricista.

¡Yo qué sé!

Tú dedícate a tener esos hombros bien arriba, pero que sean los dos a la vez.

No como los pobres camareros que van con el peso solo en un brazo.

 

Es posible que se te ocurra decirme que tu trabajo te mantiene en forma.

Pues no.

No lo hace.

Tu trabajo de está jodiendo.

 

Sin excepción.

Porque sea lo que sea que hagas, si lo repites mucho, va a acabar pasando factura.

Y entonces, vendrás a verme.

O quizá a mi no, pero a otro como yo, seguro.

O quizá tampoco, pero irás al médico.

Y el médico que es un trabajador como cualquier otro, te dirá lo que le interesa a él. Que hay que operar, porque cuando opera, cobra.

 

Y es posible que tenga razón.

O quizá no tanta.

Casos y casos.

 

Lo que está claro es que se puede hacer algo antes de todo esto.

Te explico tres cosas que puedes hacer, para no acabar en un quirófano por culpa de repetir mil veces lo mismo.

 

Aquí abajo.

Leave Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *