No te voy a cambiar la vida, no soy un gurú de las recuperación de lesiones milagrosas

He empezado con las redes sociales. Soy un poco manco… aun.
 
A los pocos días de empezar ya he alucinado. No veas como van los espías de internet. Si es que nos tienen controlados, mucho más de lo que crees. Aunque es probable que ya lo sepas.
 

No paran de salirme anuncios para venderme herramientas pensadas para entrenadores personales.
Me bombardean con sugerencias de productos nutricionales para ponerme extra mega ultra cachas, nivel Dios del Olimpo.
 
Indestructible. Inquebrantable. Inmortal. Inmenso. Inmoral. Imperecerdero. Importante. Im…
 
 
 

Y todos esos mensajes tienen algo en común. Me asaltan en la pantalla, cada cierto número de publicaciones, prometiéndome el paraíso, el Vallhala y el Santo Grial.

 

Tengo un amigo.

Se dedica a lo mismo que yo (y en su momento me enseñó mucho, gracias Xavi).

El otro día hizo una publicación en redes sociales. Venía a decir algo del estilo a: “Mira, estoy aquí en redes haciendo esta mierda, que no me acaba de convencer, pero tengo que venderme y conseguir clientes”
Se refería a las fotos del antes y el después, y al juego del postureo.

Él solo, sabe mucho más que la gran mayoría de vendehúmos que existen juntos, pero se ve obligado a seguir las reglas del juego.

 

 

Es por esa razón que yo no juego mucho en redes… aun.

He hecho algún dibujito con algún que otro mensaje, algún escrito y algún que otro video. Experimentos que, a veces salen bien y otras, son ignorados.
Por lo que me cuentan, lo que funciona es poner un culo flácido al lado de otro que podría partir nueces. Y decir, ¡En 2 meses!


No lo sé, no lo he probado. No lo haré.

 

Me gusta más este medio. Prefiero escribir post y correos, sin miedo a decir lo que pienso.
Intentando que aprendas, que entiendas lo que hago, que pases un buen rato leyendo, y sin la obligación de seguir los cánones de lo que se considera un buen marketing.
No lo necesito. No lo necesitas. Si te gusta me sigues leyendo, si no, siempre eres libre de no hacerlo.

Así de simple.

 

Porque hay una cosa que está clara, te voy a ofrecer mis servicios diciendo la verdad.

Y la verdad es que no puedo cambiarte la vida milagrosamente. Puedo ayudarte a conseguir recuperarte, a estar en forma o a mejorar tu salud. Eso sí que puedo hacerlo.
Es cosa tuya que quieras darle un vuelco a tus rutinas o, simplemente, seguir como hasta ahora, mejorando aquello con lo que no estás contento.

 

Si quieres empezar con algo suave y gratuito, puedes apuntarte en mi lista de consejos diaria.

Solo debes dejar tu correo aquí:

 

Leave Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *