SI TIENES ESTO EN CUENTA, TU ENTRENO SERÁ MÁS SEGURO

La semana pasada volví a reencontrarme con la arena de la playa. Hacía muchos años que no tocaba balón.

A ver,

Que fue un torneo de pachanga, con mis alumnos.

Que nadie vaya a pensar que fui a competir.

Al principio fue ridículo.

Es increíble como, aunque tu mente vea clarísimo que has de hacer tal gesto y anticiparte a una acción, tu cuerpo no te hace caso. A nivel motriz, estaba tan oxidado, que me sentía hasta ridículo.

Con lo fácil que lo hacen en Matrix… Cargar archivo… ¡Ya se kung fu!

Aun así, a base de repetición, y después de 25 años jugando a vóley, pues la verdad es que, se le coge rápido el ritmo.

Por no acordarme, me costó hasta montar las redes.

Por si alguien lo desconoce, cuando llevas una red portátil, debes tensarla con cuerdas para que se mantenga firme. Y, para que quede recta, solamente se consigue si desde los dos lados del campo mantienes un equilibrio de fuerzas.

Cuando la pones mal, se ve.

Un palo torcido hacia fuera…

Un palo torcido hacia el lateral…

Y podrías pensar: “Bueno, juego así, no pasa nada”

Pero, ¿sabes que sucede?

Lo primero que sucede es que queda como una mierda.

Lo segundo, que en el momento en que hay una situación un poco descontrolada, donde hay una fuerza suficientemente fuerte sobre la red, se cae como un castillo de arena seca.

Es un símil que uso bastante para explicar por qué debe haber un equilibrio de fuerzas entre músculos.

Cuando las fuerzas que se ejercen sobre la estructura no están bien compensadas, se puede dar el caso de que dicha estructura, no aguante bien las tensiones y se dañe.

Bien, aplica esta idea al ejercicio, debes mantener tu cuerpo compensado.

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