Tres historias de mujeres lesionadas

Hoy te voy a hablar de tres personas. Tres mujeres de diferentes edades, que tienen algo en común.
Déjame que te explique sus historias, de manera anónima, claro.

 

Chica, 16 años.

Jugadora de balonmano en un buen equipo.

Con proyección, nivel selección catalana.


La historia es un clásico. Con sus propias palabras. “Cogí la pelota, encaré a una defensa, boté y me fui para el interior. Ahí noté algo en la rodilla y me empezó a arder. Sabía que algo había pasado.”
Llegó a nosotros justo antes del verano, con la temporada casi por acabar. Estaba en la última fase de la recuperación, el médico ya le daba el visto bueno para empezar a correr y a muscular.


Le metimos una caña de la que se acordará toda la vida. Aún recuerdo cuando me dijo que había llegado a la pretemporada, mucho mejor de lo que había estado nunca, y mucho mejor que sus compañeras.

 

 

Chica, veintipocos.

Jugadora de balonmano, también. (Por aquí, por el Vallès, se lleva mucho esto). Su caso es prácticamente calcado.

La verdad es que en esta ocasión no tenía tanta prisa. Era todo mucho más chill. No se la veía muy apurada por los plazos. Parece ser que el balonmano ya no era tan prioritario en su vida.
Pero recuerdo su mensaje de agradecimiento el día en el que volvió a entrar a pista. Incluso había marcado un gol. Contenta como si fuese la primera vez.

 

 

Mujer, cincuenta y pico.

“Fui a buscar una pelota al revés, golpeé y al girar hacia el otro lado, noté como la rodilla me fallaba” “Y ya no puedo jugar a pádel, y el crossfit no me está yendo bien”.

Vaya sorpresa… Como si el crossfit fuese salud. Aún me sorprende como hay gente que piensa que hacer deporte va a ayudar a mejorar sus problemas.

Hay que entender que, el deporte, aparte de los beneficios psicológicos que pueda tener, no te va a ayudar a recuperarte de una lesión. Es bastante improbable.

 

 

Supongo que ya sabes qué las une. Las tres tuvieron una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla. Es una lesión muy común en deportes donde hay cambios de dirección. Y es especialmente presente en mujeres, debido a una de sus características morfológicas.
¿Sabes por qué el cruzado es de lo más jodido que hay? Por los plazos. Porque la recuperación es muy lenta, y psicológicamente es bastante duro.

 

¿Pero sabes una cosa? Es una de las lesiones que más hemos tratado en los 10 últimos años, con un porcentaje de éxito espectacular.

Si has sufrido ésta o cualquier otra lesión, puedes descargar una guía inicial de actuación aquí:

 

P.D: Hay que decir que yo solo fui una guía, el mérito fue de ellas. Siempre lo es. La persona es la que trabaja, es la que hace los deberes y es la que lucha contra la situación.

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